Los medios del Grupo El Comercio no publican hoy ni una sola línea sobre la protesta que los trabajadores de la empresa chilena Ripley, vienen realizando desde ayer. Sus protestas se deben fundamentalmente a los bajos salarios que reciben, y la han hecho visible en las puertas de todos los centros comerciales que esta firma chilena tiene en nuestro país. A pesar de la visibilidad, y de afectar a tantos trabajadores, la huelga será silenciada por el 80% de diarios, el 56% de las webs de noticias y por algunos de los canales de televisión más vistos en nuestro país. Y la razón es que el Grupo El Comercio defiende ante todo los intereses de aquella empresa transnacional. Si este fin de semana encuentra algo sobre Ripley en estos espacios de comunicación será publicidad, probablemente un encarte, pero nada de la huelga. ¿Sabe usted por qué?

Si los trabajadores de Ripley protestan, El Comercio no dice nada. Asimismo, si los trabajadores de Graña y Montero protestan, El Comercio tampoco dirá nada. Si los trabajadores de Lan Perú, es decir, Lan Chile, protestan, el Comercio tampoco dirá nada, si hubiera algún problema en Coney Park, o en IPAL, o algo que afecte al sector inmobiliario, tampoco espere encontrar información alguna en estos espacios.

Conclusión; el Diario El Comercio ha terminado convirtiéndose en un boletín de relaciones públicas de las grandes empresas.

Este diario que antes defendía los intereses nacionales se ha ido convirtiendo en una suerte de boletín de relaciones institucionales de sus empresas, o de sus principales anunciantes. Este es el caso de la huelga de Ripley, que silenciarán apoyándose en sus numerosos medios, un ejemplo claro de porqué el acaparamiento de medios es tan peligroso en un estado de derecho.

Ahora sí, el diario El Comercio hace gala de su nombre, y la explicación es sencilla. Los diarios pierden su independencia para informar a los ciudadanos en la medida en que deben rendirle cuentas a las empresas que los financian o son sus socias. En esta situación, podemos afirmar que El Comercio no es dueño de las empresas, sino que las empresas son dueñas de El Comercio. Es una pena. Y todo por la publicidad y los intereses comerciales.

Sigamos defendiendo la pluralidad informativa como garante de nuestros derechos ciudadanos. No a la #ConcentracionDeMedios.

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